Cuando realizas un trabajo interno, un camino espiritual o abocas tus energías a algo en qué crees, te encontras a vos misma. Limpias patrones, hayas paz y propósitos. Tenés otra perspectiva sobre cómo querés llevar tu vida. Vivís en continua frecuencia. Sos una persona completa, no buscas mitades para llenarte. Y cuando llega otro, de quien te enamoras y tenes una química inigualable, se da de pronto de manera natural, conectar, unirse trasversalmente en cuerpo alma mente y espíritu. Adentrándose el uno del otro.
El amor para el corazón. La perversión para la mente. El placer para el cuerpo. Y el universo completo para vos y para mi. El amor es la vibración más alta. Y es ahí donde absolutamente todo pasa a segundo plano, es ese instante donde solamente existimos, para amarnos, brillar y vivir a pleno. Quizás solo un instante, quizás en mi corazón una eternidad.
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