Mis curvas exigen hacer eco de mis pensamientos
y creo estar leyendo los tuyos, por eso perpetuo más mi clamor.
Me pliego.
Analizo menos.
Relajo el doble de las previas dos.
Mi antena se vuelve libre
Plena,
Honda,
no hay bifurcación.
Y cuánto más me abro
Confieso que apetezco que sea intrínseco
tus pulgares en mi pelvis.
Que tu lengua me recite poemas.
Y me quites las dudas anexando tu regocijo.
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