Un día la vez. Con intensidad, con fuerza, fuego. Una llama viva. Ser consiente y vivir el presente. Una cosa por vez. El cuerpo me pide pausa y registro. Cada vez que me acelero, respiro presente, desde ahí parte lo racional y constructivo. Coherencia con mis necesidades y mi potencia. Aprendiendo a leer lo qué hay más allá del miedo. Hay deseo y placer. Porque en el fondo cuando me permito sentirme soy imparable. Recargando de sentido y valor. Soy lo que creo merecer. Visualizando en grande para crear a lo grande, la dimensión de todo esto es similar a la de mi corazón. Sin límites. Expansivo.
Bitácora de mí sentir